Lo que sucede es que no todo el mundo que cuenta con créditos pre-acordados como el caso más popular que representan las tarjetas de crédito, tiene la educación financiera adecuada a fin de poder utilizarlo en su justa medida de acuerdo a su presupuesto personal.
Las deudas no son buenas ni malas. Es mala cuando no se controlan los gastos que se efectúan, cayendo en lo que se conoce como “la trampa de la deuda”, ya que quien ingresa en un endeudamiento excesivo, por fuera de su capacidad de repago, hará que esa deuda pueda salirse de control.
Al atrasarse en los pagos, quien está endeudado por encima de su capacidad económica financiera, sufrirá cargos por retrasos y alza de la tasa de intereses haciendo que cada vez sea más difícil salir de esa trampa de la deuda. Además aun cuando mantengamos ciertas deudas dentro de control, el hecho de estar en mora en alguna de ellas, repercutirá sobre el resto.
El reporte crediticio hará que todos los acreedores estén al tanto del nivel de atraso o endeudamiento, haciéndoles juzgar un riesgo potencial para su propia acreencia, aún cuando se encuentre al día, endureciendo los términos de todos los créditos en existencia.
Cuando no se tiene la capacidad y conocimiento para tomar las mejores medidas correctivas es importante recurrir a una Agencia de reconocido prestigio de Consejería de Crédito sin fines de lucro. Estas podrán educarlo financieramente para salir de las deudas.